martes, 27 de marzo de 2012

Marea de exámenes

Tantos nombres cayeron en el olvido,
 se callaron para siempre.
Callé bocas y bocas me callaron,
seguí siendo yo mismo,
pero mi nombre ya se ha olvidado.

Como las aguas del mes de abril, llegaron,
tempestuosas, grandes olas de conocimientos,
cada uno de ellos memorizados,
formando un inmenso lago.

Donde, con fortuna,
probé suerte y gané algo,
 perdí la compostura.
No pude aguantar ese agua de lluvia,
no supe igualar las fuerzas oportunas.

No logré la perfección y eso que la busqué,
no me fue concedida la recompensa en forma de mujer.

Todo se mezcla, notas y soledad,
el tequila y la sal,
tan solo queda mi imaginación,
con la que solo se soñar.

Hoy me siento poético,
no confundan mis versos con lamento,
pues todo pasa y el amor,
ya volverá.