lunes, 16 de marzo de 2015

Me quita el sueño

"- ¿Quiénes son los peores enemigos de la vida?
 - Los miedos que llevamos dentro. Miedo al miedo."
                                                                             Respuesta de Mujica a Quintero en el Perro Verde

Me levanté, fui a echarme el café de por la mañana y ahí estaba ella, mirándome, con esos ojos negros. Me dejo congelado mientras liaba mi cigarro, mientras le echaba el humo en la cara. No paraba de mirarme, no apartaba la vista, ni yo tenía cojones de quitársela a ella. La ceniza quedó en su recipiente y la dejé plantada, o eso creía yo. Tras el aire que dejé al salir ella lo iba llenando, incansablemente, andando igual de rápido que yo. Notaba su vacío en mí pecho.

En el autobús, a pesar de estar lleno, la tenía delante mía, asfixiándome, no me dejaba respirar y su cabeza me daba en el pecho. Camino a clase, la veo en todas las caras, menos en las conocidas, pero siempre se hace un hueco para mirarme desde detrás. La evito, no quiero cruzármela pero no puedo no pensar en ella.

En mi paseo de vuelta a casa está ahí, intentando darme caza, como cuando un gato está al acecho. Sabes que puede saltar en cualquier momento, pero nunca lo hace, es una lucha interna que habita en tu entorno. Cuando como, come conmigo, me cae mal después de toda una vida sabiendo de que pie cojea. Odia a mis amigos y odia el alcohol; odia mis fiestas y mi manera de ser. Que se joda.

Pero, se mete en mi pensamiento, me visita por las noches cuando ya todo está en silencio, cuando sólo hay oscuridad, se hace más fuerte. Es muy cobarde, aprovecha mis momentos de soledad, intenta quemar todos mis buenos recuerdos. Es un agobio constante que se mete en las cosas importantes que pienso, la que hace que la música no me guste, que las series no me emocionen, que las risas no sean tan placenteras, que la masturbación no sea buena, que no me salgan las palabras para escribir.

Hoy, grandísima hija de puta de mil nombres te jodes. Ya seas la nada o la ansiedad, hoy, te dan por culo y me voy a dormir. Marcho con Morfeo recordando lo bueno, la risa, incluso me masturbaré y mañana cuando me levante te habrás ido, como el rollo de una noche, como el rayo en la tormenta cuando llega la calma. No vas a poder y ya llevamos demasiado tiempo viéndonos las caras y he de decirte, que eres demasiado fea y mala para mí.

Buenas noches para quien pueda dormir.