martes, 11 de agosto de 2015

Y siempre estaba en el muelle, esperando...

Claro que escribir borracho es fácil, nunca vas a tener miedo de lo qué escribes, o de a quién. Ya sabéis que no hay a quien. "Las voces solas lloran en el sol". Hoy creo que voy a escribir poesía.

Así es cómo chaval tuerto en gracia desdichada, poso vaso en el suelo por ver a su amada. no había gracia en el centro, ni saliva que lo mojara. Él estaba sólo esperando a que su amor le llegara. Pero no llegaba nadie, las horas en balde pasaban. Él perdía trenes y su vida rehenes, secuestrados por el amor a quién el más quiere. ¿Qué quién es ese amor? Esta claro que ese amor es por ella, su amor por la botella ya sea de whisky o ron. Al son van las canciones que él canta, siempre con un nudo en su garganta; y es que él ya no más aguanta, no puede ver su cara reflejada en el espejo. Reflejos a lo lejos, de lo que su vida una vez cuadrada pero ya no había quién coño a él lo mirara.

¿Sabés qué? ¿Qué? La vida pasa a prisa y no mi chiste el que te saca una sonrisa, una infancia blanda una entrada blanda, ¿qué quieres? Niño de mamá mimado con poco qué hacer y no mucho trabajo. Miento luego existo, me fumo un misto, ser la cara que se refleja pensar en quién soy yo mientras llego a todo Cristo. Esto de la prosa rimada me hace gracia, porque lo hago tan mal que hasta el más malo se sacia, de la risa, de ver que hay alguien que lo hace peor que él. 

Conclusión, la botella con un poco de ron le da para aguantarlo, más el no puede verse ya más fracasando. Se dijo, mañana empiezo el día, día, en que todo cómo el lo pensó volvería, en que en rimas bajas y en horas altas, su estilo mejoraría, pero ya no quedan recuerdos, tan sólo el niño insatisfecho que con tu vodka aguanta la pena, la soledad y la condena. La condena por saber y querer, cosa que algún día fue; mientras caras que lloran, él jamás las dejó florecer. Chao.