miércoles, 17 de octubre de 2012

In de sofá

Y justo cuando más solo me siento, palabras vienen a mi mente. No hay que tenerle miedo al fracaso, pero, ¿qué hacer cuando ya has fracasado, cuando no tienes nada por lo que puedas jugar? Parece que no se crearme metas, tienen que venir a mí. Y cuando pasa tiempo sin que llegue y todo lo que haces no te gusta, se te mete la cabeza otra vez en el culo. De ahí es muy difícil salir, no se sabe como salir, pero se sale...

Esta apatía me mata a cada momento que pasa y cada vez que acaba una borrachera vuelve esa sensación de no haber conseguido nada. No se si habré conseguido algo, creo que no, pero el hecho de darle vueltas a la cabeza hace que se introduzca más en lo negro. Podría dejar de pensar en ello, pero con tanto tiempo solo no se puede hacer otra cosa.

Hasta que llegas al sitio en el que llevo todo el día, y te pones a escribir. No se si esto servirá de algo o servirá para que piense en la misma mierda de siempre. Una cosa queda clara, al menos me desahogo, aunque nadie me lea.