martes, 15 de mayo de 2012

Escuela antigua

Con un bolígrafo sangrando, un alma decidida, una libreta como las que ya no uso y un sentimiento, escribo. Muchas cosas dan vueltas en el espacio, al igual que mi enrevesada letra, marcando cada sílaba con el ritmo que dicta la música que está en mi cabeza.

La música, que me inspira no es otra que la de los besos, los abrazos, la de tú mirada, oh, música de mi alma. Aunque no esté la pienso e igualmente me sirve de inspiración para estos versos, largos que escribo. Algunos lo llaman prosa, yo lo llamo expresar escénica-mente sentimientos en un papel.

Y si esto fuera una canción, te la dedicaría... pero... ya te la leeré. Me encanta darme cuenta de que aunque siento amor, no me hago débil, sino lo contrario, esta música dichosa me da fuerzas para seguir llenando folios de todo lo que estudio. Estudiar, sí, debería estar haciéndolo ahora, pero cuando esta inspiración ,por culpa de una música "perfecta", llega, tengo que hacer esperar al universo y concentrarme en ella.