lunes, 17 de noviembre de 2014

Y tu mirá

"Se me clava en los ojos como una espá, se me clava en los ojos como una espá". Es que la música me sigue impactando, no se como hay gente que no le gusta la música, debe ser gente muy triste.

Dos semanas, o lo que es lo mismo, hasta que acabe noviembre, van a pasar cosas chulas. ¿Qué cómo lo sé? Ahí esta la gracia, no tengo ni puta idea. Es una intuición que me ha dado hoy, después de la noche de ayer, estuve en unas cuantas conversaciones muy interesantes y se me abrió un poco lo que tengo dentro del cráneo.

Me noto las manos cargadas de pulsaciones para estar tecleando muchas cosas, tantas, que no puedo pensar una en concreto. Y siempre llegamos a mi sentimiento básico: la soledad y el amor. Estas dos hijas de la grándisima madre que las parió van de la mano todos los días. Con esto quiero decir que me siento sólo por culpa de que no hay amor en mi vida. Últimamente soy demasiado realista y se que mis amores platónicos son inalcanzables y los olvido enseguida por el mero hecho de que nunca existirán, tan sólo en mis pestañas, porque al cerrar mis ojos ahí están. Son como cuando miras a una bombilla y cierras los ojos, ves la luz difusa, ves cómo se desvanece, te desconcentras y cuando te quieres dar cuenta, ya se fue. Pues eso es exactamente lo que me pasa con mis amores platónicos, antiguamente duraban más y cerraba los ojos con más fuerza para seguir viendo más imágenes. No se porque ahora hay algo dándome sopapos en la cara diciéndome: "Espabila tolay".

Se me ha ido el hilo completamente y eso para mí es una putada, sólo diré que ha sido por un buen motivo, he hecho un "bosquejo" rápido de algo que se me ha venido a la mente. Sí, es poesía, sí, es a mi puto estilo, mi poesía es horrenda. Aquí os dejo el bosquejo de algo que algún día nunca será:

Y mientras la música
siga corriendo por mis venas
tendré la mayor certeza
de que sigo vivo
de que no me faltarán ganas
de que mi alma seguirá aquí,
aquí presente,
riendo, llorando, sintiendo por tí
en lo que queda de noviembre.

Que yo la poesía la toco poco
pero cuando me da por hacer esto
hay algo que me empuja a rimar
a que esa sonoridad en el lenguaje
sea un murmullo recurrente
de lo que algún día podré hacer
pero en mis pensamientos nunca tendré

Algo, que me lleve a lo más alto
y me precipite de nuevo a lo siguiente
aunque no rime, aunque no suene
mientras que en mi cabeza cuadre
seguiré poniendo puntos en íes
seguiré con mi teclado que escribe
te quiero vida mía,
porque sin ella,
nunca escribiría.

Como veís ningún puto sentido, pero es algo que me sale de dentro, como un quejío en el flamenco, como un grito de heavy metal. Es puro sentimiento hecho letras. Au revoire.