viernes, 24 de febrero de 2017

La Cubanita Blancucha

Y te miré, y no supe dónde meterme. Bueno, si sabía bien los dos sitios en los que podía meterme; bajo tierra o en tu cueva. Me atranco continuamente en tus pensamientos y en los míos. Esto es un problema. No creo, pero espero que deje de serlo. Pero, vayamos a lo importante:

Es pensar en ti y dejar de pensar, irme a un mundo donde todo es suave. Podría estar horas mirándote como si fuese el mejor espectáculo jamás creado y acercarme a ti aunque por ello me condenasen al infierno. Enredarme en tu pelo y que me acaricien tus manos. Dormirme en tus labios.

Pero la cubanita es más aún que sólo un cuerpo que me comía, una cara de cine y un culo que merece estar en El Olimpo, apartado de todos los demás seres terrenales. Sus gestos, sus gustos, cómo habla, cómo se comporta, todo en ella es bonito. Todo en ella me apetece.

Me dejas en negro de tantas cosas que pienso a la vez cuando te miro y no puedo acercarme. No hay mayor castigo que estar a un metro de ti, sin poder tocarte. Tú llamándome con tú mirada y yo aguantando la respiración para tratar de no caerme de la silla. Tú mordiéndote el labio con esa suavidad mientras piensas en algo.

Me llamarás empollón por lo estudiada que te tengo, pero, no sé si podré aprobar con nota en esto. Tú seguro que sí, eres más buena que yo. Por el contrario, todo esto me está quedando de cero, pero es lo que tiene sentir como yo, lo siento así y así es como lo tengo que decir, por el contrario, no estaría diciendo nada más que tonterías.

Quiero más que un café furtivo, quiero algo más que un castigo... no sé por que lo digo, si tú ya sabes lo que quiero. ¿Tú qué quieres? Te lo daré, sea lo que sea; ya sea bueno, o malo. Porque personas como tú no se encuentran todos los días, ni todos los meses, ni nunca creo que pueda encontrar a alguien como tú. Eres muy buena con quien sea, y te preocupas por todo el mundo; puede que sea esto lo que más roto me tenga.

Perdón por hacerte leer tanto, pero aquí acabo. La próxima vez te diré las cosas a la cara porque en mi cabeza está entrada tenía otra forma y yo no estaba medio hecho polvo. Ah sí, por último quiero pedir algo, aunque sea imposible: Amanecer una mañana contigo mirándome a los ojos.


Para la Cubanita.

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